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miércoles, 26 de mayo de 2010

1 PRUEBAS DE DETECCION DEL VIH

Cómo utilizar una prueba bucal rápida para la detección del VIH

Prueba de anticuerpos contra el VIH

Las pruebas de anticuerpos contra el VIH son las más apropiadas para el diagnóstico de rutina del VIH en adultos. Las pruebas de anticuerpos son económicas y arrojan resultados muy precisos. La prueba ELISA (inmunoabsorbente enzimático) también llamada EIA (ensayo de inmunoabsorción enzimática) fue la primera prueba de detección del VIH que se utilizó en forma masiva.



¿Cómo funcionan las pruebas de anticuerpos?

Cuando una persona está infectada con el virus del VIH, el cuerpo responde con la producción de proteínas especiales que combaten la infección. Estas proteínas se denominan anticuerpos. Una prueba de anticuerpos contra el VIH busca tales anticuerpos en la sangre, la saliva o la orina. Si se detectan anticuerpos contra el VIH, la persona está infectada. Hay solamente dos excepciones a esta regla:



Los bebés de madres infectadas con el virus del VIH retienen los anticuerpos de las madres durante hasta 18 meses. Por lo tanto, puede dar positivo cuando se someten a la prueba de anticuerpos contra el VIH, incluso si son VIH negativo. Normalmente, a los bebés que nacen de madres VIH positivo se los somete a una prueba de RCP (consulte a continuación) luego de su nacimiento.

Algunas personas que han participado en los estudios clínicos de la vacuna del VIH pueden presentar anticuerpos contra el VIH incluso si no están infectadas con el virus.

Gran parte de las personas desarrolla anticuerpos detectables contra el VIH en el período que se extiende desde la sexta a la duodécima semana de haberse infectado. En los casos más excepcionales, el desarrollo de anticuerpos puede tardar hasta seis meses. Es extremadamente improbable que el desarrollo de anticuerpos se produzca en un período superior a los seis meses.



¿Qué es el ‘período de incertidumbre’?

El ‘período de incertidumbre’ es un término que se utiliza para describir al período que transcurre entre la infección del VIH y la producción de anticuerpos. Durante este período, una prueba de anticuerpos puede arrojar un resultado ‘negativo falso’, lo que significa que la prueba será negativa, incluso si la persona está infectada con VIH. Para evitar este tipo de resultados, se sugiere que las pruebas de anticuerpos se realicen tres meses después de la posible exposición a la infección de VIH.



Una prueba que arroja resultados negativos a los tres meses casi siempre indicará que la persona no está infectada con VIH. Si la prueba realizada a una persona aún arroja resultados negativos a los seis meses y tal persona no ha corrido peligro de infectarse con VIH en el ínterin, se infiere que esta persona no está infectada con VIH.



Es muy importante tener en cuenta que si una persona está infectada con VIH, aún puede transmitirle el virus a otras personas durante el período de incertidumbre.



¿Cuál es el nivel de precisión de las pruebas de anticuerpos?

Las pruebas de anticuerpos son extremadamente precisas cuando se trata de detectar la presencia de anticuerpos contra el VIH. Las pruebas ELISA son muy sensibles y, en consecuencia, detectarán pequeñas cantidades de anticuerpos contra el VIH. No obstante, este alto grado de sensibilidad implica que su especificidad (la capacidad de distinguir los anticuerpos contra el VIH de otro tipo de anticuerpos) se ve levemente reducida. Por lo tanto, existe una posibilidad muy pequeña de que un resultado se presente como ‘positivo falso’.



Un resultado positivo falso implica que aunque una persona no esté infectada con VIH, la prueba de anticuerpos puede arrojar un resultado positivo. Luego de haber realizado una prueba de anticuerpos con resultado positivo, se debe realizar una prueba confirmatoria, tal como las siguientes:



Una prueba Western blot: una de las pruebas confirmatorias de anticuerpos más antigua y precisa. Su realización puede ser compleja y producir resultados indeterminados en caso de que la persona presente una infección transitoria con otro virus.

Una prueba de inmunofluorescencia indirecta: es similar a la prueba Western blot, pero utiliza un microscopio para detectar los anticuerpos contra el VIH.

Un inmunoensayo lineal: se utiliza comúnmente en Europa. Reduce la posibilidad de contaminación de la muestra y goza de la misma precisión que la prueba Western blot.

Una segunda prueba ELISA: en entornos con pocos recursos y una prevalencia relativamente alta, se puede utilizar una segunda prueba ELISA para confirmar el diagnóstico. Es frecuente que la segunda prueba sea de una marca comercial diferente y que se utilice un método de detección diferente.

Cuando las dos pruebas se combinan, la posibilidad de obtener resultados imprecisos es inferior al 0,1%.

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